¡Viva San Nicolás!

¡Viva San Nicolás!
¡Viva San Nicolás!

La postal de hoy, 6 de diciembre, nos trae nada menos que a San Nicolás repartiendo regalos.

San Nicolás nació en el año 270 y fue obispo de la ciudad de Myra, en la actual Turquía. Myra había sido una floreciente ciudad griega y continuaba su prosperidad bajo el dominio romano cuando allí falleció y fue enterrado San Nicolás un 6 de diciembre del año 343.

Una parte de los restos de San Nicolás se encuentra en Venecia y otra parte está enterrada en la ciudad italiana de Bari, de donde es santo patrón. ¿Pero qué hace un obispo turco enterrado en Bari?

Teatro griego de Myra, en la actual Turquía
Teatro griego de Myra, en la actual Turquía

En el 395, tan solo 52 años después de la muerte de San Nicolás, el imperio romano se escinde y Constantino I fija en Constatinopla, la antigua Bizancio y actual Estambul, la capital de su imperio. Este imperio romano de oriente, o  bizantino perdurará hasta la caída de Constantinopla en manos turcas en 1453.

Conforme pasan los siglos, el imperio bizantino se va volviendo cada vez menos romano y más griego, pasando el griego a sustituir al latín como idioma oficial en el 620. De hecho, Anatolia y gran parte de la actual Turquía siempre habían sido helenas, destacando polis como Mileto, Halicarnaso o Éfeso, por citar algunas. Vemos por tanto que San Nicolas, más que turco, era bizantino y por tanto griego.

Por otro lado, desde la antigüedad, la civilización griega había echado raíces también en el sur de Italia, en Sicilia, Calabria, en la zona conocida como Magna Grecia. No es de extrañar por tanto que hacia el año 1.000 una buena parte del Sur de Italia también hablase griego y constituyese una provincia bizantina, el llamado Catapanato de Italia. Bari y Estambul estaban por tanto más próximas de lo que hoy podríamos pensar.

La última ciudad bizantina en territorio italiano fue precisamente Bari, que cayó en abril del 1.071 bajo el avance normando. El imperio bizantino estaba siendo acosado por varios frentes. La pérdida de sus posesiones en territorio italiano fue tal vez el menor de sus males en aquel año de 1.071. En agosto de ese mismo año fueron derrotados también, esta vez en territorio de la actual Turquía, en la batalla de Manzikert. Muchos consideran esta batalla como el golpe de gracia al imperio bizantino. Esta vez el enemigo eran los turcos musulmanes, de la dinastía selyúcida, provenientes de las actuales Irán e Irak. Los turcos se adueñaron de toda Anatolia, incluyendo Myra, la ciudad de San Nicolás.

Desde los puertos de Bari y Venecia partían en aquellos años las expediciones de cruzados cristianos que iban a luchar contra los musulmanes en Tierra Santa. Con la caída de Myra en manos musulmanas, empezó una especie de carrera entre venecianos y bareses  por recuperar los restos de San Nicolás. Fueron unos marineros de Bari, los que en el 1.087 se fueron a Myra y se trajeron buena parte de los restos del que había sido su santo, San Nicolás, a tierras cristianas. Pocos años después, en el 1.100 una expedición veneciana se acercó también a Myra y se llevaron a Venecia los pocos restos que allí quedaban del santo. No se acabó aquí el ejercicio de dispersión de los restos de San Nicolás: un omóplato está en Rimini, una falange en la Lorena francesa y hay reliquias suyas también en Bucarest, Volos (Grecia) y Bulgaria.

San Nicolás, es un santo venerado tanto por la iglesia católica como muy especialmente por la ortodoxa, siendo patrono de Rusia y Grecia, y su icono omnipresente en las iglesias ortodoxas.

En el año 1.244, los musulmanes entregaron la villa de Alicante al por entonces príncipe Alfonso X el Sabio. Corría un 6 de diciembre, con lo que el príncipe mandó edificar una iglesia en honor a San Nicolás y puso la ciudad bajo su protección.

En Europa Central, la festividad de San Nicolás va asociada desde antiguo a una tradición de regalos y a una fiesta para los niños. En Holanda y en Flandes, Sinterklaas, se celebra la noche del 5 de diciembre, con el desembarco de San Nicolás, que llega en un barco (por algo también es patrono de los marineros) cargado de regalos. Según la tradición, para los niños holandeses San Nicolás viene desde España y precisamente desde Alicante.

Parece que el hecho de que los Países Bajos estuviesen bajo dominio español, y que la villa alicantina esté bajo la protección del santo, han contribuido a esta leyenda.

Sinterklaas, abreviación de Sint-Nicolaas, reparte entre los niños galletas, regalos y también naranjas. Sería imperdonable que alguien que viene de la Comunidad Valenciana a inicios de diciembre se olvidase de traer naranjas, y más aún cuando llega a Holanda, un país que tiene el naranja como color nacional.

Los holandeses se llevaron esta tradición del Sinterklaas, este anciano de largas barbas blancas que reparte regalos entre los niños, al otro lado del Atlántico. Sinterklaas no tardó en convertirse en Santa Claus que trae regalos a los niños en la noche de Navidad.

Ahí le vemos en nuestra postal de hoy, con su mitra y su báculo de obispo, atareado repartiendo juguetes.

Ya venga de Alicante, de Bari o de Myra… el 5 o el 24 de diciembre…

¡Viva San Nicolás!

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